Y hay veces que no te das cuenta, que pensas que está mal, entonces no lo haces y despues hablás, y te encontrás con que te lo imaginaste, que no era así y que todo puede parecer una patada pero que se arregla con una puteada.

-Es que el otro día estuve necesitando guita. Estaba ahorcadisimo, pero ya lo arreglé.
-¿Y por qué no llamaste? Escuchame, yo estoy casi siempre por capital y llevo la tarjeta encima. Vamos a un cajero, sacamos la plata y listo.
-No, pará... quiero decir, gracias, pero -acá no sabia como poner en claro mis ideas- pero no te llamo hace mil, casi no nos vemos, y cuando digo casi me refiero a que creo que pasó un mes desde la última vez que te vi. Ni da... que se yo, me pongo en tu lugar y si me pasara a mi, lo minimo que sentiría sería una patada al higado.
-No, patada no. Te putearía y listo.

Y también hay veces en que caes en porque esta Amiga se ganó la A mayuscula.

Hoy tuve un sueño raro: Soñe que tenia un oso en casa. Estaba así como secuestrado, bah! no... rescatado mejor dicho, por que terminó en casa despues de que una chica en la calle me pidiera que lo salvara momentos antes de que se la llevara la policia. Justo por eso me lo pidió.
Así que termine en casa, con el oso, que no paraba de romper todo, pensando como sacarlo de ahí (¡¿Como demonios se saca a un oso de una casa sin llamar la atención!?) sin que se lo llevara la policia mientras intentaba que no se comiera a la gata. Y a mi.

Por que el miedo pasaba por que si me dormía o le sacaba los ojos de encima, esa bestia me deglutia como un bocadito. Así que me encerraba en la cocina con la gata.

En el sueño, recuerdo que me quedaba ahí sopesando mis opciones y cada una de ellas conllevaba ser ingerido de distintas maneras por la bestia menos la que hacia referencia a quedarme en la cocina. Pero no me podía quedar ahí para siempre, ademas me daba bronca ¡mierda, era mi casa la que estaba destruyendo! por lo cual salí dispuesto a ser engullido peleando.

Una pesadilla: Yo saliendo de la cocina, a la espera de encontrarme con el animal que estaba mas que dispuesto a usar mis costillas de mondadientes, temiendo por mi vida y por el futuro de mi gata pues quien iba a salvarla del oso si yo perecia. El corazón me latia a mil, el sudor recorría mi cuerpo que no paraba de temblar y por mi cabeza pasaban miles de situaciones que francamente terminaban igual: Yo, muerto.

Pero giró al lado de lo bizarro cuando el oso en cuestion tomó forma humana y resultó ser Diego Ramos, que no era Diego Ramos, sino el oso disfrutando de verme aterrado. Recuerdo que me que quede mirandolo mientras pensaba "¿Pero que mierda...?" mientras el oso/Diego Ramos se recostaba en mi sillon destruido y tomando un trago de esos que tienen sombrillita me decia "Vine para quedarme, no me podes sacar" con una sonrisa. Ademas, iba vestido con una bermuda y una camisa hawaiana amarillo patito con palmeritas verdes.

y ahí se me fue el miedo. Simplemente me quedé un poco confundido... tanto que cuando desperté no sabia que pensar, pues despues de todo no tenía intenciones de comerme y tal vez por eso lo escribo, por que no se que pensar ¿Me quería comer o no?

¡Dios, como me gusta escribir! Si la vida se me pasa en buscar la oración perfecta, el significado exacto de lo que quiero expresar, la sensación precisa que quiero plasmar, entonces, esta vida tuvo sentido.

Y seré bueno, seré malo... pero ¿quién me quita lo escrito?

Erase una vez un hombre que quería sentir algo especial por alguien, quería sentirse especial para alguien. Para compartir su vida, sus cosas. Pensamientos, momentos, anhelos y proyectos. Tirar juntos de un carro donde las vidas de ambos sumaran, sin importar los baches del camino, pues para eso eran cuatro hombros, dos espaldas, cuatro brazos y cuatro piernas. Porque si se cansaba, este hombre sabría que tendría respaldo. Y por que sabía que podría respaldar a ese otro tan especial.

De pronto, un día cualquiera, se encontró con otro. Otro que lo conmovió en todos los niveles... bueno, casi todos. Y era imposible, él lo sabía, pero jugo a creer en improvables y así transcurrieron sus días con sus noches. Cada día, este pobre iluso, pensaba "hoy será" y el tiempo pasó, llenando el almanaques con un único día: Hoy será.

Y mientras esperaba su vida dejo de tener sentido. Sus proyectos, sus anhelos, sus deseos fueron frenados por ese maldito día que nunca llegaba. Sin embargo, despues de meses de práctica, jugar a ser ciego ya era mas costumbre que juego, así que posponía y posponía todo en pos de la compañía anhelada que parecía no llegar nunca, y como es un convencido de que "nunca" es solo un periodo mas largo de tiempo, el se mantenía, convirtiendo imposibles en improvables. Negando lo obvio y olvidandose de lo mas básico de su deseo: Si queria compartir su vida con alguien, primero tenía que tener una.

Un día se despertó y vio lo que lo rodeaba, no estaba nada mal, sin embargo, todo se encontraba congelado. Detenido en el tiempo. Y no le gustó. Fue en ese preciso instante donde la venda finalmente cayó de sus ojos. Y supo que tenía que hacer algo.

Lo hizo. Tomó el almanaque y lo lanzó a la basura. Cansado de imposibles, dejo que el espiritu de don quijote abandonara su cuerpo y se alejó de los molinos con rumbo a nuevos horizontes. Así que ahora este buen señor modela su vida, le encuentra matices y formas nuevas. Reactiva proyectos y objetivos personales. Sonrie viendo el porvenir pero se ancla en el presente. Y por vez primera tiene la certeza de que si alguna vez aparece alguien, sera mas bien una consecuencia que un fin.

-Sabía que esto iba a pasar. -Margarita gimoteaba desconsolada del otro lado del telefono- Sabía que no había ninguna esperanza ahí y sin embargo me embale como una pelotuda, esperando encontrar... no se...
-Bueno Magui -trataba de consolarla Mauricio- ¡Ya está! dejá de castigarte. ¡Qué queres que te diga!
-Que soy una pelotuda con T de tarada, eso quiero que me digas -gritó furiosa- puede ser que siempre pase lo mismo, yo no aprendo mas. Siempre me enamoro de imposibles, ni siquiera improbables, no: IM-PO-SI-BLES.
-¡Hay Magui! calmate, la vida continúa, deja que esto discurra y se cure con el tiempo ¿qué podés hacer?
-Matarme. Eso puedo hacer -sentenció furiosa-. Eso quiero hacer, me quiero matar. -replicó más tranquila, pero dejando que la pena se colara por la linea del telefono- Era una situación imposible ¿me querés decir porque sabiendolo me metí? ¿y ahora que hago? Nada, por que no puedo hacer nada. Sentirme mal nomás...
-Me tenés cansado. Basta. -la interrumpió- ¿Hace cuanto que nos conocemos? Años ya y siempre es la misma historia. Dejate de joder y no te quejes mas, tenés un montón de cosas por las que seguir para adelante. Este no es el fin del mundo, el anterior no fue el fin del mundo y también pensabas que te ibas a morir. El mundo no se acabó.
-Si, lo sé... -arrugó mientras buscaba una forma de explicarse a si misma- es que no se por qué me pasa esto.
-Te pasa esto por que todavía no aprendiste que a veces, se pierde.
-Yo no quiero perder.
-Nadie quiere perder corazón, pero es así, no se discute. Sin embargo, no dejes de apostar, por que así como a veces se pierde, tambien se gana.
-Mauri
-¿Qué?
-¿Te querés casar conmigo?

Me matan las cosquillas de haberme desafiado a mi mismo.
Me mata esperar la respuesta.
Me mata el abismo de lo desconocido.
Me mata.

Y no puedo dejar de sonreir.

Está tarde tuve una cita con mi bio-mama. Almorzamos, charlamos, salimos a pasear por Caballito -sus pagos, por que vivió por aca toda su infancia, adolecencia y parte de su vida adulta por estos lares hasta que se casó y se mudó a Hurlingham- y fuimos al cine.

Se estrenó Star Treck y como a ella le fascina no podía no invitarla. Cabe destacar que desde que me mudé, la relación con ella cambió muchisimo. Un completo giro de 180°. Así que ahora conversamos y aprovecho para tomar un poco de esa sabiduría que sé que tiene pero que quedaba empañada en una historia densa y enroscada. Y aunque estoy atento, la realidad es que me sorprende y bastante.

El caso es que estabamos tomando un café mientras esperabamos la hora para la pelicula -es que ella es extremadamente puntual, así que salimos como con una hora de anticipación- y yo le comentaba mis miedos sobre una historia que no comprendía. Que no puedo (incluso ahora) predecir como va a terminar y que me asusta el hecho de al final quedar hecho trizas... una vez mas. En definitiva, le comentaba sobre mi miedo al futuro.

Recuerdo que sonrió y me miró con sus cincuenta y tantos años redondeando sus ojos celestes tan vivos y tan intensos y dijo: - Pero lo viviste ¿quién te quita eso?

Y fué toda esa verdad contenida en una frase tan simple la que me relajó y, de alguna manera, alivió mis temores por que lo estoy viviendo ¿quién puede quitarme eso?

Lo mas importante de volar, es saber aterrizar.

Estoy tan cansado de ser el palo en mi rueda.
Tan al limite de esto que ya amerita una solución.
Me explicaría un poco mas, pero el cansancio me puede así que solo voy a decir esto: Soy mi peor enemigo.
Nada más.

-Hola ¿todo bien?
-Si, muy bien ¿y vos?
-Todo bien ¿vos?
-Bien, bien ¿entonces todo bien?
-Si, muy bien.

Y si, a las seis de la mañana, a una hora de irme del laburo yo y recién llegado él, la conversación brilla por su auscencia.

No se hacerlo, pero estoy aprendiendo. Es esa cosa llamada ternura. Me sale con todos, menos conmigo. Así que en plan de ejercicio, me compre flores.
Y las rosas se ven tan bonitas sobre mi mesa ratona.

Por lo general vivo a la tarde. Cuando digo "vivo" me refiero a cualquier actividad que realices despues de despertarte, ya sea desayunar, ir al trabajo, salir a hacer trámites, ir al gimnasio... bueno, lo que sea que complemente un día común y corriente en tu vida.

La cuestión es que hace mas o menos un mes trabajo de noche. Eso significa que me levanto entre las dos y las tres de la tarde, y despues de almormerendar, arranco con mis actividades. Tengo varias, y por lo general se degusta mejor si no llego a ellas despues del trabajo. Eso sin mencionar la delicia que resulta ir a trabajar sin apuros... bueno, no tan cierto: hay veces que corro para llegar, pero esos días son los menos.

El drama sucede cuando tengo una semana "a la mañana"

Una semana a la mañana se disfraza como cualquier otra semana. El lunes me levanto tarde, hago mis cosas y voy al trabajo. Nada anormal hasta ahora ¿no? de hecho todo parece tranquilo hasta que cruzo la puerta del departamento el martes por la mañana. Ahi es como si Duracell, Eveready y Energizer hubieran hecho un pacto y decidieran descargar todas sus reservas de aca al año 2015 en mi cuerpo.

Los ojos no se quieren cerrar. La mente bulle en ideas y ganas. La cama se siente como el infierno y no hay forma, vuelta o pocisión que a mi cuerpo le parezca cómoda: En esa semana, al menos a la mañana, la horizontalidad no es para mí. Y parece que no solo es mi cuerpo, no: durante mi semana a la mañana, la ciudad ruge. De repente el bocinazo es el idioma universal, y la calle a la que da él ventanal se declara Senda Nacional para Tránsito Pesado. Lo juro. Todo esto mientras yo deseo/anhelo/ansío solo una cosa: Dormir.

Una semana a la mañana es un infierno, no solo por que me cuesta enterarme de ella (me lleva dos mañanas darme cuenta que estoy cursando la semana infernal) sino por que todas mis actividades vespertinas quedan suspendidas. De todas las cosas que realizo, solo algunas puedo mover.

Pero eso no es lo peor: lo peor es no resignarse a que una semana a la mañana dura exactamente siete días. Ni mas, ni menos.

Lo mas dificil a la hora de contar una historia es definir que es lo que queremos contar. Una vez definido este detalle, el resto viene solo. Así que, como ando medio caido de ideas, acepto sugerencias.

Asi que por eso el post. Denme una idea sobre algo que pueda escribir y yo lo hago, vendría a ser algo así como un ejercicio para mi.

Cuando algo se rompe, no siempre hace crack.

¿Cómo hacer para derribar un ideal? Es complicado siquiera pensarlo, porque un ideal es la brújula que nos guía. Nos marca el norte, y como buenos Boy Scouts que somos, hacemos todo lo posible por dar todos los pasos necesarios hasta alcanzarlo.

No importa cuan lejos, no importa cuan difícil sea, todos nuestros esfuerzos están puestos en llegar a esa meta deseada y anhelada. Nos sentiríamos completos tan solo arañando la punta, pero la cruda verdad del Ideal es esta: Nunca jamas vamos a alcanzarlo, no importa cuanto nos descarnemos, cuanto de nosotros se pierda en el camino y cuan cambiados estemos para ese entonces; la realidad marca que jamas llegaremos a "Ese entonces" Somo como el limite: Tendemos a...

Y es todo bonito... hasta que uno cae en que el Ideal que estuvo siguiendo toda su vida resulta ser una espiral descendente hacia la destrucción. Y no importa cuantas señales de alerta, cuantos semaforos en rojos te hayas puesto enfrente: Lo seguis haciendo hasta que o te des cuenta o pierdas la vida.

Yo me di cuenta.

¿Entonces? Entonces ahora queda el vacio, el espacio y las viejas costumbres que se rehusan a irse. En parte por la costumbre y en parte por que sin ellas no nos sentiríamos nosotros. Y es molesto, duele y se siente incomodo. Es como querer ponerse una remera que definitivamente ya no te queda. Dejar cosas atras, cosas que pensaste que jamas cambiarían, duele. Dejarse a uno mismo detras, sacarse los disfrazes y empezar de cero, duele. Y cuesta. Por que nos sentimos desnudos y perdidos.

Y así estoy, desnudo y perdido. Esperando que lo que viene sea mejor que lo que fue, pero sabiendo que no hay vuelta atras.

Carta Magna

--->Under construction<---

Seguidores