No soy una persona que se tome la palabra "amigo" a la ligera. De hecho, soy bastante cuidadoso cuando elijo a mis amistades. Si, soy elitista en cuanto a amistades se trata. Desconfío sobre manera de aquellos que abrazan demasiado y se deshacen en halagos. Aquellos que tienen como muletilla la palabra "te quiero" o "sos lo mejor del mundo".

No creo en las amistades-para-siempre. De hecho, la vida me mostró con el paso del tiempo que no hay nada que dure para-siempre, menos la amistad. Las personas en mi vida van y vienen. Aprendí que la mayoría están el tiempo que tiene que estar, ni más ni menos. A veces se quedan años, otros semanas o meses. Pero si hay algo que sé, es que la amistad se termina.

No todas las personas pueden acompañar a alguien durante toda su vida. Los caminos se bifurcan, se abren. Se separan. Y en esos nuevos andares encontramos gente más afín al momento que estamos transitando. Hablamos el mismo lenguaje.

Me he dado cuenta que en muchos casos estiré amistades hasta lo indecible por el simple hecho de que no quería separarme. Son personas a las que aprecié mucho en su momento y sin las cuales no imaginaba mi vida. La realidad me enseñó que no se puede vivir en el pasado. Cuando una reunión de amigos se enfoca en las cosas buenas que vivieron juntos, entonces, creo que la amistad ya anda en su etapa terminal.

Podés optar por dos cosas: O te vas silbando bajito, atesorando gratos recuerdos y llevando por el resto de tu vida los buenos momentos compartidos y las enseñanzas que cada uno te dejó; o podes, como lo intenté, revivir al muerto. Esta salida no deja más que rencores, heridas abiertas y una sensación de melaza agria en el estomago. Fueron gratos momentos, pero las cosas que dejaste que pasaran en pos de "esos-viejos-buenos-tiempos" duelen más, e indignan más, que simplemente decir "Adios, que tengas buena vida"

Hoy no creo en las amistades para siempre. La gente que me acompaña, en especial Lucía, son personas que aportan cada día algo que ayer no tenía. No sé cuanto va a durar, no sé cuanto tiempo vamos a caminar juntos... sinceramente no lo sé, pero me comprometo a dar lo mejor de mi el tiempo que estemos andando juntos. A aprender a acompañar y dejar que me acompañen. A sacarle un poco de gris a esta vida por el simple hecho de pasar un rato juntos. Poner el hombro y compartir mochilas que a veces se hacen difíciles de llevar si uno está solo. En fin, me comprometo a ser un buen amigo: Honesto, franco, leal y gamba.

Pero aviso, algo que para mi es ley: No hay amistad que dure cien años.

Lo sé porque tengo las excepciones. Gea es una. Es la mejor amiga que pude pedir, el mejor regalo que la vida me pudo haber dado. De hecho, en este caso, puedo decir que cayó del cielo, puesto que la bajé de un árbol cuando apena tenía meses. Ella es mi compañera de camino. El ser que conoce todos mis secretos e intimidades. La luz del departamento con sus manías de reina y sus maullidos de canario. Ella es mi amiga de toda la vida. Once años de amistad ininterrumpida. Ni siquiera el mudarme evitó que me bajara a recibir cuando ella aún recidía en la casa materna y yo iba de visita. Ella, que se llevó los duendes que habitaban el primer departamento y me regaló el solaz de un buen dormir. La que me sacó de una depresión aguda en aquellos tiempos en los que todo estaba completamente mal. Mi razón de salir de la cama, no solo para alimentarla sino porque si no salía me clavaba las garras.

Ella es mi amiga para siempre.

Y hoy, 20 de julio de 2010, la interné. Insuficiencia renal dicen. Van a saber mejor cuando esté más hidratada. Porque de un día para otro dejó de comer. Y yo tengo miedo. El departamento sin ella se siente vacio, frio... esteril. Me siento solo. Algo me falta, y quiero creer que todo va a estar bien, que se va a poner mejor, pero no puedo dejar de llorar. Me costó horrores contenerme en el veterinario. Se me escaparon un par de lágrimas cuando le estaban sacando sangre y apenas podía hablar cuando la llevé a la clínica. Me pasó un tren por encima. El cuerpo me pesa. Estoy asustado, porque no: no imagino mi vida sin ella.

Gea, ponete bien. Te necesito.

1 comentarios:

Los bichos son nuestros mejores amigos, no me canso de decirlo..
De hecho, Chiripa fue la "personita" al lado de la cual empecé el día del amigo, y llené de besos, y durmió conmigo en la cama, abrazadas, como todas las noches.
Y se me retorció la panza al leer el final.

No hay mucho para decir... solo mandarte una pila de buena vibra y energía para que Gea se ponga bien. Y vos también.
Besote grande, Raini

Carta Magna

--->Under construction<---

Seguidores