Esto lo escribo porque es importante. Importante para mi, para que no se me olvide. De hecho, durante mucho tiempo vengo masticando la idea de que los pensamientos que tengo, las conclusiones a las que llego en cuanto al movimiento del mundo no pueden importarle a nadie más que a mi. Cuando me detengo a ver el mundo y analizo el reflejo que obtengo de vuelta caigo en que solo a mi me pueden interesar las conclusiones... solo que me es imposible no escribirlas.

Son como pequeños post tips mentales a mi mismo.

Este, tal vez, es uno de esos momentos. Uno que no quiero dejar pasar. Seguro es por la fecha, pero no me queda más que escribirlo para recordar cuando vuelvan las nubes negras (siempre vuelven) que hay algo que es una verdad. Una realidad a prueba de todo.

Que soy feliz.

Parece simple, y yo no soy una persona simple. Es que mientras venia para casa del trabajo medité sobre todo lo que viene sucediendo desde hace un año. Lo que vi la noche del 14 del año pasado y lo que se dio. Y no puedo menos que alegrarme por el camino recorrido.

Es que hoy se cierra un ciclo y comienza otro. Hoy cumplo 28.

Los 27 fueron condenadamente duros. En 365 días aprendí más de mi mismo que todos los años anteriores. No sé por qué, pero se siente así. Como que de repente todas las caretas se cayeron y quedaron los rostros limpios sonriendole a la vida. Por vez primero tuve que enfrentar las cosas-como-son y no como-querría-que-fueran.

Me alegra decir que soy de los que enfrentan, no de los que corren.

Por vez primera corrí los ojos del pasado, y no digo que lo saneé pero al menos le eché la luz del entendimiento, y las cosas van mejor. Miré al futuro y lo vi brillante (el plan b alucina) y si bien me asusté, sigo en carrera. Peleandola. Tomé el presente y decidí que mi futuro no va a ser más que la consecuencia directa de el, por lo cual, depende de mi y de nadie más decidir como va a ser. Darle forma y pintarlo del color que me plazca. Dicen que el saber es poder. Ciertamente lo es. Y trae consigo una enorme responsabilidad: Si en un futuro no estoy como quiero estar no queda nadie más que yo para agarrarselas. Ya no hay excusas. De ningún tipo. Y la verdad -tambien- es que este presente en algún momento va a ser mi pasado, y quiero recordarlo tal como lo estoy viviendo: con una sonrisa.

No sé que nuevas aventuras me esperan... sinceramente hay un telon blanco que me impide ver más allá, así que voy despacio. Sin prisas, sin apuro. Sabiendo que hoy, 14 de Septiembre de 2010, soy feliz por el simple hecho de haber crecido.

Sabiendo que no querria ser otro más que yo.

NOTA. Dedicado a Gea que me cuida desde el cielo.

Carta Magna

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