Pasa que de golpe sali de un huracan. Pero no cualquiera. No. Salí de ese tipo de huracan que es de los que mas duelen, porque si, porque no. Porque de repente no te quiero cerca, pero no te quiero lejos, no. No entendiste, dije que no te quiero. Y sin embargo quedate aca. Cerca porque no te quiero perder, pero no quiero que te confundas, y no: no importa si me cambio el pantalon adelante tuyo. Si abrocho cada uno de los botones a la altura de tus ojos y te miro picaro. No. No es lo que vos pensas, asi que andate. Mira como no te hablo para que te vayas, pero ahora si. Ahora te hablo. Y no hagas esto, no hagas aquello, ¿y te digo la verdad?: La verdad es que no sé que hacer con vos.

De ahí sali. Él tenía problemitas. Es chico, mucho más chico que yo. Así que duerme con niños y amaneceras mojados. ¿El detalle? jamás dormimos juntos, pero bueh, parece que las sabanas se mojaron igual, así que respiro y las cambio. Pongo los puntos, aclaro la situación, me abro, y finalmente consigo paz. Conmigo, con él, con todos. Soy feliz (o algo similar)

Nos vemos. Nos vemos seguido. Muy seguido. Es inevitable. Trabajamos juntos. Tambien es inevitable que nos llevemos bien. Tenemos piel, química. Así que nos reimos. El juega a que no tenemos pasado y yo estoy comenzando a dejarlo atrás. Mi estado simil-feliz deja de ser una imposición y pasa a ser una verdad. Un día lo miro y veo lo que hay: un nene. Me miro y veo a alguien mayor. De pronto crecí. Sin darme cuenta pegué el estirón y los 28 me cayeron con todo.

Se nota en mi cuerpo. Desde la postura, la voz, la mirada, el humor, las palabras que salen, los temas que me interesan, la casa. Por sobre todo la casa: es que despues de una catarsis importante, ahora brilla. Y no es pasajero, porque se mantiene. Ahora puedo decir que estoy ordenado. Qué mis temas están en paz. Que por primera vez estoy en paz conmigo, y vamos que venimos con una seguidilla de años uno más duro que el otro, pero como todo: paso. Y estoy entero. Unido. Como si todos mis yo's se hubieran unificado y ya no tiraran a los cuatro puntos cardinales sino a un único norte.

Soy feliz. La vida discurre. Charla con amiga, mates de por medio. Una charla de esas que pretenden cambiar el mundo en una tarde. No sé si lo logramos pero al menos le tiré un par de puntas que le pueden servir. Miramos el reloj y son las doce. Las ganas están. ¿Vamos a tomar algo? y terminamos en mi bar favorito. Lleno de hombres. Si: Hombres, no nenes y gracias Amiga por tu fase experimental. Entonces se acerca él, el nuevo. Lindo pibe. Le doy 25. Le pifio, tiene 21. Mal ahí. Tanto como el chiste que usó para acercarse. Modernizate. Aunque suma por habe dado ese paso que lo puso justo al lado mio. Y tranqui, que yo lleno los espacios. Una cosa lleva a la otra y terminamos embelezados en un rincón.

las hormonas suben más y más el sábado a la mañana y de repente me encuentro haciendo cosas que pensé que no iba a hacer pero que descubro que me gustan. Todos los días se aprende algo nuevo y él, el nuevo, es como un curso avanzado. Me gusta. Pero mi espiritu felino clama por cautela, y no, no soy facil. Si generoso, pero nunca fácil. Me lleva tiempo. Me tomo mi tiempo, espero que lo entiendas. Parece que lo entiende. La tarde me descubre en la cama, solo, pensando en todo lo que pasó, porque si algo no puedo dejar de hacer es pensar. Y sonrío. Sonrío pensando en lo que fue, en como las cosas cambiaron. En como cambié yo.

Y llego el lunes al trabajo. Cansado y con una sonrisa. Esa que me duró el fin de semana, pero que recién aflora el lunes porque -¡Por dios!- que buen fin de semana. ¿Cómo estás?. Bien bien. Y pasa que se entera. Somos amigos. Él es amigo. Yo no. No puedo, no me sale. El lunes en que todas las cartas cayeron sobre la mesa mi cabeza quedó incinerada y no, para mi es muy dificil hacer de cuenta que no tengo pasado. Así que no, no somos amigos. Pero se entera. Por mi o por mi amiga. Me da igual. Apenas lo registro. Son las seis, me fui a casa. Buena onda, al nuevo lo veo el martes. Soy feliz y estoy caliente.

Llega el martes. Mañana linda. El día está hermoso y la noche promete más aventuras. Así que me lo cruzo. De nuevo volvemos a la charla inocua. Todo bien, todo bien. Y no, parece que no porque pone música, se acerca y me dice: "Esta es para vos" y me sorprende la canción. Me saca una sonrisa melancólica.

Muy poco, muy tarde.

Es el estribillo lo que me mata. Ese que dice "Estoy pensando que pudimos haberlo tenido todo" y ciertamente si. Pero lo miro y ya no lo veo. O si... la verdad es que no sé. Lo único que puedo hacer es preguntarme "¿Y con esto que hago?, ¿de qué me sirve? Al menos no fue una locura mia" y pienso en el chico nuevo. Otra sonrisa, pero este tambien viene complicado. Tanto que sé muy adentro que no cuento con eso. Qué fue ese momento y nada más, y que si se repite no va a ser más que otro momento. No me malinterpreten. Es así. Con él, el nuevo, solo puedo armar una historia de buenos momentos. Así de complicada es la mano. Y está todo bien. Quiero más buenos momentos. Estoy bien con esos momentos.

Algo adentro mio duele, molesta. Es el estribillo que suena en mi cabeza. Que rebota y revivie el pasado. Ese que no puedo olvidar. Ese que todavía duele. Y pienso en la noche que quiero. En como deseo escaparme en otro cuerpo, en otras sensaciones. Y no, parece que no, porque a él, el nuevo, no lo veo. Y acepte las reglas del juego. Todo bien. Lo entiendo. ¿Pero quiero esto? ¿Quiero algo de todo esto?

No. O sea, con él ya no quiero nada. Porque no me sirve, me lastima y ya no dejo que me lastimen. Y con él, el nuevo, solo quiero buenos ratos... pero sus tiempos no son los mios; y aunque espero verlo pronto tampoco tengo fecha. ¿Entonces?

Entonces nada. Acá estoy. Dejando que el tiempo llene los espacios pero sabiendo que, al menos en cuanto a ellos, ya no depende de mi. Tal vez, pronto, aparezca un tercero. Quién sabe. Yo me abro al viento. Y soy feliz. Serenamente feliz. Después de todo, si algo aprendí sobre mi en este tiempo, es que cuando quiero algo me juego hasta el final.

Y mientras tanto, mientras esto transcurre a mi alrededor no puedo dejar de asombrarme por el sabor a nuevo que tiene esto. Tal vez es cierto que crecí, tal vez es cierto que ya no soy el de ayer. Es que parece que mi mirada cambió. ¿será que no estoy acostumbrado?

Creo que la última vez que escribí acá fue para mi cumpleaños. En el 2010. Varias eternidades atras. Es que el paso del tiempo se siente mucho. O mejor dicho, siento que pasaron demasiadas cosas en mi vida desde la última vez que posteé algo. Y no era por falta de ganas. Solo dios sabe cuantas cosas tengo acumuladas en los dedos desde entonces, cuantas cosas moría por redactar.

Sin embargo hay que ver el poder que un simple teclado tiene sobre mi. Si no puedo danzar sobre él, ¿entonces para qué esforzarse? Y nadie puede decir que no trate. Si hay algo que no pueden endilgarle a Rain es que el "ni siquiera lo intenta". Si hay algo seguro sobre mi es que en el PD de mi epitafio dirá "Luchador incansable"

Tiene cierta lógica, al final de cuentas, algo bueno que saco de mi familia (¡Oh por dios que va a haber post sobre mi familia!) es la frase que dice "No te des por vencido ni aún vencido". No sé quién lo dijo ni de dónde lo sacaron, pero recuerdo que era un pequeño cuadrito en alguna pared de la casa de mi infancia y una frase que salía bastante seguido de la boca de mi bio-mamá.

Pero el teclado de Scar me venció -ya contaré bien de quién hablo- con su esterilidad, su falta de encanto, su dureza y su lejanía. Simplemente no hubo magia. No hubo amor a primer contacto. Una pena. Una que por distintos motivos me mantuvo alejado de mi arma mas poderosa: Las letras. (También explicaré esto)

Sin embargo, la pesadilla terminó. Acorde a los cambios que estoy transitando, decidí volver a enamorarme. Y la palabra clave de este Apocalipsis es esa: Yo elijo. Y en mi elección hoy, a apenas siete días después de comenzar la segunda mitad del 2011, decidí que era tiempo de escribir de nuevo. No solo acá, sino afuera. Necesito escribir para sacar todo lo que este año estuvo macerando lentamente dentro mio. Cosas buenas, cosas malas, cosas intracendentes. Cosas mias.

Es por eso que hoy retomo y reafirmo mi compromiso con este espacio. Un lugar donde escribir sin filtro, sin correcciones. Un lugar donde escupir basura, donde crear desde la intuicion, donde comentar lo que sea que se cruze por mi mente. Un espacio donde lo politicamente correcto quede de lado y solo sea yo bailando sobre un teclado. Libre y eterno.

Subarutopia. Mi espacio. Es bueno volver.

Y en la vuelta vienen las remodelaciones. Desde el nombre del blog hasta el fondo. ¡La casa esta en plan makeover! Así que por hoy, a minutos de desfallecer del sueño pero seguro de ganarle al piso de la cocina, me despido feliz.

Este nuevo teclado alucina.

NOTA: Cai en que no sirvo para el Tweeter.

Carta Magna

--->Under construction<---

Seguidores