La primera cita siempre es complicada. Si nunca se vieron, el nivel de nerviosismo se incrementa casi al infinito. La caminata previa hacia el sitio del encuentro esta plagado de preguntas del tipo "¿Como será?", "Le gustaré" y -obviamente- "¡En qué me estoy metiendo?". Las otras no sé, pero la última no falla. Al menos no en mi caso.

La cosa es que este sábado por la noche tuve una. No la buscaba, no la quería pero se dió. Y como no tenía planes, andaba medio bajón -a causa de la pélicula Avatar, pero eso lo contaré en otro post- y venía hablando con el muchacho en cuestión desde hacia un tiempo, decidí que era el momento. De última ya estaba medio bajón, y si no era lo que decía ser, minimo me ahorraba un día más de depresión ¿no?. Así que vestidito y perfumado enfilé hacia el lugar del encuentro.

Debo decir que designar un lugar fue toda una odisea. No porque hayamos tardado horas en ponernos de acuerdo, sino porque decidir encontrarnos en terreno neutral implicó un largo debate sobre yo y mis principios.

La charla fue más o menos así:

El: Venite a cenar a casa. Pedimos pizza.
Yo: No, a tu casa no. Mis principios me lo impiden.
El: Entiendo que sea por seguridad... pero ¿principios? ¿quién tiene principios hoy en día?
Yo: Yo. Por eso no voy a tu casa.
El: Entonces si no queres cenar vayamos a tomar algo.
Yo: Quiero cenar pero no en tu casa.
El: ¿Y si te digo que mi casa es segura? Hay un guardia en la puerta y todo.
Yo: Eso no es garantía de nada ¿Y si resultás ser un asesino serial y me haces trocitos y me metes en la heladera? No, paso.
El: Me estás comparando con... ¿Cómo era? El que hizo Anthony Hopkins...
Yo: Anibal Lecter. El silencio de los inocentes.
El: ¡Ese! ¿Me estás comparando con ese tipo?
Yo: No, de hecho te imagino como un asesino seríal más joven y lindo.
El: Me quedo más tranquilo.
Yo: Me alegro ¿entonces tragos después de cenar?
El: Bueno.

Para más datos debo decir que nos "conocimos" brevemente by net. Eso significa un par de charlas por msn, un par de fotos -donde él se veía muuuy bien- y luego de que él largara un "Me aburre escribir, te llamo ¿querés?" nos colgamos hablando por telefono no más de diez minutos donde acordamos lo anterior.

Así que eran las once y cinco. Yo entraba al bar mientras empujaba las espectativas al suelo (no me gusta ilusionarme, prefiero que las cosas simplemente surjan) y lo buscaba entre la muchedumbre. Reconocerlo fue fácil. Por la remera que llevaba puesta. Era un semaforo de un solo color que destacaba en la oscuridad del ambiente: Rojo. Entonces me acerqué, le pregunté el nombre, nos saludamos, me senté y lo miré bien. Lo primero que pensé fue "¡No es el mismo de las fotos!"

Como dije, espectativas cero, así que veamos adonde nos lleva la noche. La charla empezó incómoda. Algo pasaba y no podía definir que era. El estaba inquieto. Movía las piernas constantemente. Miraba el celular. Me evadía y sacaba la artillería pesada. Al principio pensé que era yo. Qué no le gustaba. garrón. Mi ego sufre.

Pero no. No sé en que instante pude descifrarlo, pero resultó ser completamente lo contrario. La razón de sus nervios era mi sola y simple presencia. Evidentemente no solo le gustaba sino que bastante. Y ahí empezó el juego de mediciones. Ahí empecé a divertirme. ¿Por qué? Porque él me quería en su cama y yo me negaba. No por histerico, ojo, sino por qué ¿Cómo me voy a acostar con alguien que no conozco? No es lo mio, no es lo que quiero.

Y de entre todas esas mediciones que hizo largó una que en cuanto la escuché me dije "Esta definitivamente va al blog":

El: Bueno, ¿qué vas a hacer? Mirá que este es un tren que pasa solo una vez ¿eh?
Yo: ¿En serio?
El: Si. Solo una.
Yo: Si solo pasa una vez, entonces, no es un tren que me interese tomar.

Lo dejé duro. Acto seguido me tiró la cáscara de un maní. Me miró con odio y cambió la estrategia. Yo, mientras tanto, me divertía. El no era el de la foto. No importaba. Había algo en él que me resultaba atractivo. De hecho, aún ahora no sé porque un tipo pedante, soberbio, orgulloso y caprichoso me sigue pareciendo atractivo. Tiene algo que me gusta. Y eso es mejor que una foto.

La noche siguió. Él con sus intentos, yo con mis negativas. "Hace calor" dijo y nos fuimos del bar a caminar. Después de un par de cuadras el deseo de besarlo me consumia. "Vamos por acá" dije finalmente. Calles semi oscuras, cero gente y la noche que invitaba a la trampa. "Está oscura ¿no es peligroso?" y ahí me dejó duro. "No pasa nada. Vamos que es más tranquilo"

Soy un tipo pasional. En asuntos del amor me cuesta controlarme. Pierdo la razón y derrapo. Más cuando ingiero maní. Y esa noche acompañaron las bebidas. Y yo estaba por un lado controlando mis impulsos. Solo quería dos cosas: Un beso y no perder los estribos.

Llegamos a su auto. Empezó a balbucear estupideces. Pierdo el control y las palabras simplemente salieron de mi boca "¿Querés callarte y besarme de una vez!" él se rió y bueno... la música, el aire acondicionado de su auto y el morbo público fueron más de lo que pude resistir. Perdí el control y -literalmente- lo volví loco. Creo que le dolía tanto placer. Más que nada porque me tomo mi tiempo. Mido el espacio entre una caricia y la otra. Y en el climax me detengo para empezar otra oleada de calor.

Volví a mi casa preguntandome si no fué mucho. Como dije, en esas situaciones pierdo el control y me vuelvo una bestia que solo sabe complacer. Me sale natural. Y eso, a muchos, les asusta. Me fui a dormir y desperté hoy diciendome que hubiera estado bueno dormir con él, ¿raro, no? Así que no sé si llamará o se quedará en el recuerdo como una noche memorable donde por vez primera me dejé ser casi tal cual (si le muestro todo lo que soy, creo que huía y se hacía monje tibetano je) Tampoco sé si lo voy a llamar. Creo que sería bueno que por vez primera no sea yo quien marque el numero y de el siguiente paso. Pero hay algo que definitivamente sí sé:

Está bueno que te rueguen por más.

2 comentarios:

Cuando lei "no es el de la foto" pensé UHHH, se comió flor de garrón. Después por suerte remontaste bien ;)
Si te rogó una vez, calculo que lo hará dos. Y si tenemos en cuenta las ganas que le quedaron arriba del auto, el llamado es un hecho.
Contá como sigue!
Besote Rain, buena semana!

Lol-it!: La verdad es que no era el adonis que prometía. Era un poco flaco, pero de alguna manera, atractivo. Creo que la guerra de poder que se estableció era lo que me excitaba... que se yo.

Estoy seguro que va a volver, después de todo, siempre vuelven. Sin embargo, dentro de lo que percibí de él... bueno, el llamado no es un hecho. (de hecho no llamó jua!)

Ya llegará, ya llegará... yo tranqui.

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