Llegué al trabajo. Lunes. Cumpleaños. Y mi cara era la de un muerto. No no no, estoy bien, solo estoy cansado. Gracias. Si, veintisiete ¿Cómo viene mi semana?

Perfecto. Simplemente perfecto. La semana no podía empezar mejor. Resulta que hace tres años que venía haciendo el mismo trabajo. 1095 días de exactamente lo mismo. 9855 horas dedicadas al mismo aburrido, monótono, rutinario trabajo.

No me quejo. Me gusta mi trabajo. Me da de comer. Es el motor que impulsa un montón de cosas en mi vida. Simplemente que hace dos semanas me dijeron "Vas a dejar de hacer esto y vas a hacer estas otras cosas"

Plural: Otras cosas. Nuevos desafíos. Nuevos retos. Algo nuevo. Y cuando me lo propusieron tuve que sincerarme y reconocer que me estaba aburriendo. Que ya no quería seguir repitiendo la misma rutina. Que pese a todo lo que me daba estaba a punto de caer en esa zona donde Rain patea el tablero y busca nuevos desafíos. Tal vez la psicóloga social que vino a hacer el psico-diagnóstico antes de entrar a trabajar tenía razón. Ella dijo "Mientras el trabajo te mantenga motivado y te de lo que necesites, vas a permanecer ahí. De otra maneras, te vas a ir"

¿Y con qué me encontré el lunes? Con el mismo aburrido, monótono y rutinario trabajo.

Simplemente excelente.

3 comentarios:

¿Sabes que? Soy igual... detesto la rutina...sobre todo la laboral. Por eso es que mi CV es largo cual sábana.

NO sabés como te entiendo.

besos!

Creeme que estuve a punto. Limpiar estatuas con un cepillo de dientes me parecia una buena opción y hasta incluso rentable.

Besos!

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

Carta Magna

--->Under construction<---

Seguidores